Big Cola, Salvacola, Coca-Cola y Pepsi

El mercado de bebidas gaseosas en El Salvador ha librado una guerra de precios cada vez que una nueva marca se suma a la competencia.

En el particular para el sabor de cola en las aguas carbonatadas el mercado dispone de cuatro marcas principales comercializadas por cuatro empresas diferentes: Big Cola, Salvacola, Coca-Cola y Pepsi.

De ellas, sólo dos tienen plantas propias de fabricación y envasado dentro del territorio nacional, nos referimos a Embotelladora Salvadoreña (Embosalva) – propiedad de ILC, una de las empresas del Grupo Agrisal- para el caso de Coca-Cola y la tradicional Embotelladora La Cascada con su marca Salvacola.

Big Cola es una marca peruana propiedad de Ajercen Group quienes traen al país sus productos desde su subsidiaria Ajercen del Sur, una planta que tienen en Costa Rica. La historia de los fundadores del sabor es muy interesante y es un caso digno de estudio, pero eso es material para otro post.

Pepsi es traída desde Guatemala donde es producida por Embotelladora La Mariposa, una de las más grandes en Latinoamérica.

Todas estas empresas se enfrentan a condiciones diferentes, mismas que inciden en el estilo en que compiten, en algunos casos hay más márgenes de maniobra para contrarrestar cualquier eventualidad que pueda surgir, lo cual puede representar ventajas, pero al mismo tiempo se convierten en debilidades. Las amenazas están a la orden del día y en un mercado creciente las dificultades por hacerse con una porción más alta se complican cuando las variables exógenas hacen su aparición.

Identificar correctamente las preferencias del consumidor y sus patrones de consumo dan oportunidades a la hora de posicionar una marca, es obvio que los sabores son diferentes pero dependen también de elementos estrictamente circunstanciales.

La nueva era de la publicidad está a la vuelta de la esquina, hay que implementar tecnología para hacer llegar los mensajes adecuados a los segmentos adecuados, mal hacen algunas de estas empresas en derrochar grandes presupuestos en campañas poco inteligentes, es decir, que no lo compensan en los volúmenes de venta y van erosionando los recursos, entiéndase transladándolo de industria.

La globalización obliga a establecer alianzas empresariales cruzadas que posibiliten echarle plomo a la postura actual del mercado para catapultarla después obteniendo crecimiento y beneficio mutuo, aquí – hasta hoy- no he visto que lo hayan hecho.

La estrategia va más allá de la publicidad, exije inversión en equipo e infraestructura, exije capacitar al personal para que esté más calificado y exije una disciplina gerencial de primer nivel donde ganarán aquellos equipos – que como en el ajedrez- cometan menos errores indiferentemente de sus aciertos.

¿A qué le apuestan pues nuestras marcas de gaseosas?

¿Qué, cómo, cuándo, dónde y a qué precio vender?

Como repito, son respuestas circunstanciales, no hay un mejor sabor en general, esa escala de valores para con los atributos descansa exclusivamente en los motivos y gustos de los consumidores.

Las empresas deben considerar la compra de los jarabes, tratamiento del agua, revisión técnica de las plantas, calibración de válvulas, la fabricación de preformas y envases, naves industriales de almacenaje, etiquetas y viñetas, investigaciones de mercado, temas de publicidad, ideales e identidad, logística de transporte, rutas, fianzas, número de empleados, zonificación, registro de clientes, precios, ofertas, desarrollo de eventos, impulso de productos, responsabilidad social, etc. Es un gran trabajal.

¿Qué es lo que quieren los clientes?

Creo que todas las empresas tienen un buen nivel en esas áreas, unas más que otras, pero les falta saber qué es lo que quieren los consumidores, los invito a orientar sus fuerzas en ese campo.

Usted, amigo lector, qué marca prefiere y por qué, qué le gusta y qué no le gusta, en qué momento bebe soda, qué quisiera y qué espera de estas empresas?.