Una década sin mi tío Rafael

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No es que se me haya olvidado, no, para nada, es solo que quería tener la oportunidad de decir ayer.

Ayer, se cumplieron los primeros diez años de cuando vi por última vez a mi tío Rafael segundos antes de que la tierra guardara su descanso para siempre en Jardines del Recuerdo. Fue un sepelio triste – ¿acaso hay sepelios alegres? Sí, los hay-.

Mi tío Rafa era/fue el esposo de mi tía Esteli, la hermana de mi papá, los papás de mis primos Claudia y Javi.

Como eran muy buenos amigos, cuando yo nací me pusieron su nombre y por eso me llamo Rafael. Javi tenía dificultades para pronunciar la letra «R» así que en lugar de decirle Rodolfo a mi hermano mayor le decía «Fofo» y así es internacionalmente conocido mi hermano. Una vez que salimos de paseo con Javi, cuando yo tenía como 13 años, Javi me decía «Rafa» perfectamente pero mi amigo Charlie White creyó haber escuchado «Fafa» entonces comenzó a llamarme así, realmente pocas personas me conocían así antes de este blog, al que tuve que ponerle fafamonge cuando rafaelmonge.com no estaba disponible.

Quise mucho a mi tío, siempre fue buenísima onda conmigo. Quizás poca gente se acuerde de él como yo, de verdad que quisiera poder platicar con él, era un tipo muy inteligente. Me acuerdo cuando una vez para una navidad, creo que fue en 1987, me dio un billete de cinco colones por adivinar algo que estaba preguntándonos en un juego a mis primos y a mis hermanos.

Cuando mi tío llegaba a la casa llegaba siempre con sus shorts cortos, los mocasines en la mano y una hielerita en la otra, con él comencé a practicar un poco de portugués. Mis primos habían vivido algunos años en Sâo Carlos, Sâo Paulo, Brasil, mientras mi tío estudiaba su especialidad en física. Mi tío tenía un taller y se dedicaba a hacer cosas raras experimentales como robots, sondas motorizadas, sistema electrónicos aplicados para empresas privadas y el sector público, etc.

Quizás su imagen fue la que hizo que me gustaran cosas como la pesca y la electrónica, esa cosa de andar inventando babosadas, quizás por eso es que guardo mi basura tecnológica en una caja, nunca se sabe cuándo uno pudiera necesitar su basura. ¡Qué recuerdos!.

Jajaja… acabo de acordarme de cuando mi tío me castigó un mes sin jugar Nintendo porque me había peleado con Carlos «El Cucu» en la cochera de la casa de Darío Vélez y allí estaba David «El Cangrejo» Larreynaga, Javi Rosales y Miguelito Mariona. Pobre Cucu, le dejé el ojo como si que era de mapache. También no se me va a olvidar la vez que fuimos con Javi y René a SEPES con mi tío y jugamos billar, ese día mi tío nos compró unas gorras: a Javi una gorra blanca bien chiva, a René una de los Orioles de Baltimore y a mi una de dos colores (amarillo y anarajando). ¡Qué recuerdos!.

Hablando de recuerdos y volviendo un poco, no recuerdo qué canción fue la que cantó el pastor que sirvió el oficio a la hora de su sepelio, pero sí me acuerdo lo que sentí: se me enjutó el alma de una forma purísima mierda.

A veces lo extraño mucho tío, quisiera que estuviera aquí.

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Rafael Ayala

Muy amena tu pagina «TOCAYO»,tengo 50 anos,y en todo este medio siglo de vida, e visto y e enterrado, a muchos amigos y familiares, pero creeme no hay dolor mas grande que enterrar a tus padres, comprendo la nostalgia por tu tio Rafael, hermoso nombre no crees, sera por eso que todos los varones en mi gran familia lo llevamos, mi hijo lo lleva y espero que su hijo tambien,es triste pero a la vez es nutritiva la nostalgia,porque recordar es volver a vivir, con el pasar de los anos lo entenderas, perdona si alargue mucho mi comentario,pero me hiciste recordar momentos que habia olvidado. nuevamente te digo me gusta tu pagina, adios y buena suerte.

anonimo

Hey, que siento mucho que extrañes a tu tìo men.

David Larreynaga, ¿ese que no estudiò en el Liceo Salvadoreño? era un chele, alto y seco….