El mítico Pollo Bonanza en el 525 de la Calle Arce en el mero centro de San Salvador puede jactarse de ser el mejor pollo broiler al pastor de todo el país.
Miren nomás la colita que hay que hacer para tener el privilegio de comprar uno de estos manjares, yo llegué a la 1:15 pm y me fui más de una hora después, no es cosa fácil porque muchos se salen de la fila resignados y se van llenos de tristeza, yo no me cansé de esperar: aparte de estar convencido de que valía la pena hacerlo, estoy acostumbrado a pasar parado por tiempos prolongados en el sol gracias al entrenamiento de los castigos de primaria.
Hay que decir que el negocio está dejando escapar un importante flujo de ingresos porque no amplían su capacidad instalada, porque no le invierten a sus instalaciones y porque tienen un deficiente proceso de facturación. Humildemente les ofrezco a los dueños de la empresa mis servicios profesionales para una consultoría técnica que les ayude a solventar estos inconvenientes.
Las papitas fritas son de primer nivel pero tengo que reconocer que en el tema del escabeche tienen desventaja frente al escabeche del Pollo Real, pero no problem porque eso es fácilmente superable.
El empaque ha cambiado pero está muy bien, la última vez que compré era el diseño que recuerdo desde niño e igual al del rótulo que está en el local con colores rojo, verde y blanco. Siempre me ha gustado el logo con el dragón rostizando el pollo, es simpático.
Me acordé de mi amigo Fumihiko Kako cuando después de los entrenamientos de alto rendimiento íbamos a almorzar allí y era testigo de cómo se comía un pollo entero sin aumentar una libra y mantenía una condición física inmejorable.
Bueno, vayan a comer Pollo Bonanza (y si van me invitan).