Ayer mientras sudaba la goma en mi cuarto, miles de salvadoreños asistían a la marcha que Arena organizó y denominó «cruzada por la libertad» que concluiría con un evento en el Estadio Cuscatlán donde su candidato presidencial, Rodrigo Avila, se iba a dirigir a la multitud para llamar a la unidad del partido y frenar la amenaza comunista [rojos guerrilleros quema biblias come niños mata ancianos] de que gobiernen el país. Por ahí dicen que les iban a dar $20 a los simpatizantes, que les iban a dar camisetas y hasta Pollo Campero (ese del restaurante donde hay wireless pero no te dejan conectar la laptop al tomacorriente). La movilización fue la natural que se esperaría de un partido grande. El Fmln ya lo demostró en noviembre pasado cuando proclamaron a su fórmula presidencial. En esta ocasión era la oportunidad de los Areneros.
La verdad es que el país está hecho mierda, y está hecho mierda porque ellos así lo tienen con sus desgobiernos, ¿Cuál nacionalismo?… Vividores, oportunistas y mañosos de mierda. Ahora no hallan ni qué putas hacer, ¡¿verdad!?, les va a entrar todita, se la van a mamar. ¿Republicanos?… Sí, Re-publicanos, se han aprovechado de sus cargos y han andado como rueda de caballito hueviando de amores traicionando a la Patria.
Arena va a tener que perder las elecciones del 2009 para renovarse, cambiar por completo el proyecto de país, tienen que darse cuenta que están equivocados, a la gente ya no se le da paja tan fácil. El avasallamiento de los medios de comunicación no les va a jugar a favor esta vez, están siguiendo la misma campaña cerota de siempre. Aunque en la estructura se den cambios generacionales en el relevo de mandos, su cerebro de pollo no hará más que darle continuismo al partido. Magno error.
¿De qué se afligen si gana el Fmln?… Perder las libertades… puff!… soberbia estupidez, ustedes creen que todos somos pendejos.
No tienen credibilidad, mal caen con ese su departamento de comunicaciones.
Ya quiero ver a Tony Saca colocándole la banda presidencial a Mauricio Funes en el acto de traspaso de mando.
¡Presente por la plaza!