Nunca he podido ganarle a mi mamá jugando scrabble, ni aunque toda la suerte del mundo estuviera de mi lado le podría ganar. Ni haciendo trampa, lo he comprobado.
Mi mamá es feliz jugando carta blanca todos los días o como ella dice cuando le pregunto qué está haciendo: «jugando naipe» – contesta-.
Pues ayer le pregunté por cuál juego iba y me dijo que estaba haciendo el número 23,000. Aunque no lo crean, mi mamá comenzó a hacerlos de a uno en uno desde hace unos años, luego dejó de jugar otro par de años cuando nos quedamos sin computadora, fue allí cuando le dio por preferir los canales de cable. Mi mamá va anotando en una agenda vieja los números de los juegos que avanza cada noche señalando y anotando aquellos que más le han costado.
Recuerdo que una vez hace meses el Chiquitillo vino a mi casa y la vio jugando en su computadora y más o menos así fue la conversación:
CH. Buenas noches señora, ¿jugando?.
Mamá. Buenas noches. Sí, jugando un rato.
CH. ¿Y cuántos lleva?.
Mamá. Déjame ver… uhmm… llevo 21,413.
CH. No, pero yo digo al hilo.
Mamá. Sí, al hilo. 21,413.
CH. No, yo digo seguido uno tras otro.
Mamá. Sí. 21,413.
CH. Ahí sí, ¡ya me jodió!.
Jajajaj… risas generalizadas.
Una gran onda mi madre.