En la compilación hecha por Jaime Martínez Ventura en 1997 y titulada Justicia para todos en su primera edición auspiciada por la Comisión de las Comunidades Europeas, hay en la primera página de mi ejemplar una dedicatoria que dice en las últimas líneas:
Porque un día vivamos en un país democrático, respetuoso de la ley y de los amigos.
Richard.
Está escrita en tinta azul de su puño y letra con una pluma fina. Está dedicado a mi familia y dice cosas muy bonitas. La recopilación incluye un capítulo que Richard había escrito: Principios del juicio penal democrático. Yo estaba presente en su casa cuando escribió la dedicatoria, recuerdo que le dijo a mi papá «Teneme esto porfa» y le extendió un vaso para whisky que tenía vodka.
Richard era vecino mio, yo lo saludaba en las mañanas cuando salía a esperar mi microbús para ir al colegio y lo miraba con su ataché caminando hacia su carrito… jejeje… Richard caminaba bien chistoso y siempre iba con el montón de llaves buscando la adecuada.
Era un notable abogado Richard, muy querido y muy reconocido en las gremiales de los profesionales en derecho. Lo hallaron muerto en junio del año 2000, ultimado dentro de su vehículo Nissan Stanza año 1990 color blanco en una zona rústica cerca de Nejapa.
Era una gran persona. Buenísima persona. Me sorprendo a mi mismo cuando puedo recordarlo tan claro muchas cosas: su voz, su caminado, sus expresiones, su forma de caminar y de vestir.
Que este post sirva para honrar la memoria de José Ricardo Membreño Jiménez. Amigo intelectual del derecho de quien aprendí algunas ideas sobre democracia y juticia.