Estoy compitiendo dentro de un proceso de selección para una plaza de una nueva empresa con presencia en la región que va a comenzar operaciones aquí, es una buena oportunidad, buenísima, es la oportunidad de mi vida: la paga es inmejorable, el reto es interesante y me siento calificado para tener un excelente desempeño.
Digamos que esa empresa es como el mar, y yo, yo soy una orca asesina.
Confiando en Dios.

