
Muchas cosas han pasado en vida últimamente, la mayoría de las cosas para bien, por eso no me puedo quejar.
Estoy convencido que en este país a pesar de sus problemas, nuestros problemas, grandes cosas se pueden lograr, es de tener paciencia y no ahuevarse. Cuesta. Cuesta mucho. O como se lo digo a mis amigos de la colonia «cuesta un vergo».
Hasta hoy comprendo lo que palabras como tesón, constancia y ánimo quieren decir. No es que las entienda del todo, quizás quiero decir que hasta hace muy poco han ampliado su significado para mi.
Estoy aprendiendo a ser papá de un niño de 4 años, mi otro hijo viene en camino, estoy aprendiendo a vivir y a convivir con la que seguramente – primero Dios- será mi esposa, estoy engordando más, durmiendo menos, envejeciendo más rápido, jugando a levantar una empresa y hasta me estoy convirtiendo en ex-bloguero tomando en cuenta lo excesivamente olvidado que tengo este blog debido al poco tiempo que me queda para hacer «mis cosas».
Extraño aquellos tiempos en los que podía bloguear a diario y recordar todos los días algunos episodios de mi vida que me permitían mantener fresca y ejercitada la memoria para no olvidar las cosas que quiero recordar siempre.
Espero que cada un@ encuentre su forma de ser feliz. Yo de momento – por ratos- soy mucho muy feliz.
Saludos.
