Burger King tiene los empleados mejor entrenados

Durante mucho tiempo cada vez que iba a una venta de hamburguesas me tocaba pelear para que me dieran la hamburguesa como yo la pedía. Verán, a mi no me gusta la mayonesa, ni la mostaza, ni la pepinesa, ni la ketchup, ni el chile tabasco, ni la salsa Lea & Perrins ni nada de esas emulsiones y aderezos. Dicho lo anterior cuando ordeno mi hamburguesa la pido sin aderezos porque son como kriptonita para mi, son repelentes para mi olfato y a la hora de recibir mi orden y revisar la hamburguesa me doy cuenta que no atendieron bien el pedido y me disgusta, les toca volver a preparármela.

Sé que es un trabajo donde los de la cocina están sometidos a un gran estrés para sacar los pedidos lo más rápido posible y evitar que se hagan colas de espera y es más crítico en las horas pico como el desayuno, el almuerzo o la cena.

No había venta de hamburguesas en las que pudieran cumplir con mi petición tan sencilla, no cuesta entender lo que es sin aderezos. Siempre les tocaba hacerla dos y en alguna ocasión hasta tres veces donde terminaban dándomela gratis o compensándome la espera con alguna cortesía como papas más grandes, más soda, etc.

Ni Wendy’s, ni McDonald’s, ni Burger King, ni Biggest, ni nadie podía darme mi hamburguesa sin aderezos. Creo que está claro mi punto, es algo por lo que me joden todas las personas que me conocen bien y dicen que es pila y jodedera mia.

Es un riesgo realmente reclamar porque como dije antes los empleados están apurados y que un pendejo reclame debe de dar cólera y a veces creo que les han de dar ganas de botar la carne al suelo, limpiarla con una servilleta, escupirla, echarle un moco o quién sabe qué putas. Los humanos somos tan lindos para joder a los demás que nos florece la inventiva.

Bueno, de un tiempo para acá el único lugar donde me han demostrado que se han superado en esto es en Burger King, tras varios meses flawless sin fallar una tan sola vez y por lo que me decidí a escribir este post para felicitarlos. Creo que el secreto está en el sistema para tomar el pedido: los empleados preguntan, lo digitan, pasan la orden, la confirman de manera directa vía oral con la cocina para asegurarse que lo comprendieron y el de la cocina ya no tiene esa inercia de untar los aderezos como si que fueran máquinas automatizadas y al final se tiene a un cliente satisfecho, reducen sus costos por desperdicios y hacen que la cola de espera sea más ágil.

Señores de Burger King, los felicito. ¡Mil aplausos y muchísimas gracias!